El capítulo 20 de Boruto Two Blue Vortex reavivó el debate entre los fans sobre el papel de Konohamaru Sarutobi en el nuevo capítulo de la franquicia. Matsuri casi devora a Konohamaru, pero este escapó con un doble Rasengan. Sin embargo, su destino sigue siendo incierto y parece depender de un elemento inesperado: la respuesta a una pregunta sobre Moegi.
El manga muestra a Matsuri interrumpiendo el ataque y cuestionando qué significa Moegi para Konohamaru. La escena deja la respuesta abierta, pero demuestra que los sentimientos del clon no son simplemente hostiles.
Muestra celos, irritación y agitación emocional, lo que sugiere un conflicto entre su instinto destructivo y una conexión emocional heredada de la kunoichi que moldeó su crianza. La decisión narrativa de ocultar la respuesta intensifica la tensión e insinúa la relevancia emocional del momento.
La conexión entre Konohamaru y Matsuri podría definir el futuro del personaje en Boruto Two Blue Vortex
Creada a partir de la fusión de los poderes del Diez Colas y la memoria genética de Moegi, Matsuri representa más que una amenaza física. Posee emociones humanas, especialmente sentimientos por Konohamaru, su antiguo compañero de equipo.
El vínculo emocional entre Konohamaru y Moegi provoca reacciones ambiguas en Matsuri y desencadena el comportamiento inestable del antagonista. La falta de una respuesta clara sugiere que el propio personaje podría no ser plenamente consciente de sus sentimientos.
Los fans especulan que la llamó simplemente amiga, lo que habría provocado la furia del clon. Otros creen que fue una confesión de sentimientos, lo que también habría provocado reacciones extremas en Matsuri.
En cualquier caso, el dilema romántico y emocional se entrelaza con la amenaza a la vida de Konohamaru, creando un impasse que es inusual en las historias de acción: el sentimiento como factor de supervivencia.
Un regreso a los focos podría restaurar el prestigio de Konohamaru
La reintroducción de Konohamaru como personaje central en Boruto Two Blue Vortex marca un intento del autor Mikio Ikemoto de revivir un nombre amado por los fanáticos de la saga Naruto.
Aunque asumió un papel destacado al principio de la secuela como mentor del nuevo Equipo 7, el personaje perdió protagonismo y se convirtió en blanco de críticas por su falta de impacto en las batallas y la trama. Ahora, con su supervivencia dependiendo de un conflicto íntimo con un clon del Árbol de Dios, regresa al centro de la narrativa.
Este enfoque refuerza un cambio de tono en la historia, combinando acción y emoción con mayor intensidad. La trama de Boruto amplía sus posibilidades narrativas al presentar a un villano que enfrenta conflictos internos impulsados por emociones heredadas. Y en este contexto, Konohamaru tiene la oportunidad de crecer no solo como luchador, sino también como un personaje complejo y emocionalmente relevante.
El camino de Konohamaru puede reflejar pérdidas recientes en el universo de Boruto
Con la muerte de Sasuke Uchiha aún fresca en la trama, la posible pérdida de Konohamaru traería un nuevo impacto al arco actual. Sin embargo, la decisión del manga de mantener en secreto la respuesta a la pregunta sobre Moegi indica que el desenlace aún está abierto. Matsuri alterna entre el impulso de destruir y el deseo de comprender lo que siente, y plantea una amenaza que las palabras, no los jutsus, podrían resolver.
El futuro de Konohamaru, por lo tanto, depende de una delgada línea entre la razón y la emoción, entre lo que siente y lo que dice. Al ocultar la respuesta de Konohamaru, el manga sugiere que esta no solo contiene la clave para su supervivencia, sino también un punto de inflexión en la trama.
