Dragon Ball: Sparking Zero, el sucesor espiritual de la aclamada Budokai Tenkaichi , llega con grandes expectativas. Tras 17 años de espera, Bandai Namco prometió revivir el legado de la franquicia con un elenco de más de 180 personajes y gráficos impresionantes en Unreal Engine 5. Sin embargo, a pesar de su atractivo visual y su atención al público, el título presenta problemas estructurales que podrían frustrar incluso a los fans más fieles.
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La nostalgia puesta a prueba: el encanto en los menús y en las imágenes
Desde el principio, Sparking Zero busca capturar la esencia de los juegos clásicos. Los menús interactivos con personajes populares crean una atmósfera acogedora para los jugadores nostálgicos. Sin embargo, la organización deficiente de las opciones y la navegación confusa perjudican la experiencia.
Gráficamente, el juego es una celebración de la obra de Akira Toriyama. Los modelos 3D y los efectos especiales son impresionantes, transportando al jugador al universo del anime. Si bien no alcanza el refinamiento visual de Dragon Ball FighterZ , su vibrante estilo artístico es uno de los puntos fuertes del juego.
Modos de juego: entre lo familiar y lo repetitivo
El Modo Historia busca innovar incluyendo de Dragon Ball Super y rutas alternativas, como escenarios hipotéticos con Gohan y Vegeta. A pesar de ello, la ejecución carece de consistencia, con capítulos apresurados y objetivos poco claros. Los problemas de traducción y los errores de progreso también dificultan la fluidez del modo.
Si bien el juego introduce nuevas mecánicas defensivas y ofensivas, como paradas y rupturas de combo, la falta de diversidad en la jugabilidad se hace evidente. La mayoría de los personajes comparten comandos similares, lo que hace que la experimentación sea poco gratificante.
Dragon Ball: Sparking Zero: Jugabilidad y limitaciones
Incluso con un sistema de combate más ágil que el de sus predecesores, Sparking Zero se vuelve repetitivo rápidamente. El amplio elenco, aunque impresionante en número, no ofrece la variedad esperada. Además, la falta de la reversión del código de red dificulta el juego en línea, especialmente en partidas con conexiones inestables.
El multijugador local es otra limitación: solo el escenario "Sala del Tiempo" está disponible para dos jugadores. Esta opción, motivada por limitaciones técnicas, puede decepcionar a quienes buscan un combate más dinámico.
Conclusión: brillantez estética, pero falta de profundidad.
Dragon Ball: Sparking Zero es visualmente encantador y ofrece momentos de disfrute ocasionales, especialmente para los fans más veteranos. Sin embargo, la falta de profundidad en la jugabilidad y los problemas técnicos reducen el potencial del juego.
La secuela legitima la franquicia, pero aún deja margen para mejoras significativas en futuras actualizaciones o posibles nuevos títulos. La pregunta sigue siendo: ¿será suficiente la nostalgia para mantener su atractivo a largo plazo?